-¿Duermes?
-No, sólo tengo los ojos cerrados.
-¿Para qué?
-Para ver mejor.
Hay un sitio diferente, más allá de todo mundo consciente, donde no existen las fotografías simplemente para no mancillar la belleza del paisaje con una imagen suspendida en el tiempo, que no representa la esencia del lugar. Allí se escapan miles de almas cada día invadidas por la desesperación y el desconsuelo de la realidad, de un mundo que algunos califican como real, esos mismos que se creen lo suficicientemente sabios como para juzgar y separar realidad de ficción, para definir que separa lo normal de lo raro, al cuerdo del loco. ¿Qué es entonces la locura?
-¿Sabes por qué estás aquí?
-Sí, dicen que estoy loco.
-¿Quién lo dice?
-Ellos…
-¿Quienes son ellos?
-Los normales.
Lo normal. ¿Qué es lo normal? ¿Qué es lo correcto? ¿Lo lógico? ¿Está escrito en algun libro sagrado?, ¿grabado en alguna piedra antigua? o simplemente se considera normal aquello que la mayoría de la gente hace o haría. ¿Quién les dio a ellos el poder y la consciencia superior para juzgar? Nadie tiene ese poder, ¿por qué entonces se creen con la autoridad suficiente para encerrar a personas que no siguen las reglas que ellos tachan de lógicas y correctas? Por no seguir las pautas del mundo real, por vivir en un mundo que ellos han creado dentro de su cabeza, un mundo ficticio pero no por ello menos real, los encierran, drogan y en algunos casos extremos usan «métodos» para sanarlos que bien pueden parecer torturas. La línea que separa el genio de la locura es tan terriblemente fina que el más leve roce puede romperla…
-¿Me curaré algún día?
-Tú no estás enfermo.
-¿Y por qué me tienen entonces encerrado?
-Porque… porque eres diferente y lo diferente les asusta.