Ese zumbido…

En el fondo siempre lo he sabido, es como el zumbido que se te queda en los oídos después de una noche de fiesta. Ese zumbido sordo o agudo que terminas por ignorar para seguir oyendo sólo lo que quieres oír.

El zumbido siempre ha estado ahí, implorando que lo escuchara y gritándome su secreto, su secreto a voces. Yo siempre he pasado de él hasta que no he podido ignorarlo por más tiempo pues se ha hecho tan grande que mis oídos no podían recoger ningún otro sonido y he acabado por prestarle esa atención que nunca he tenido.

No me ha sorprendido lo que tenía que contarme, no me ha sorprendido su secreto porque en el fondo ya lo sabía, lo conocía desde hacía mucho tiempo. No me ha sorprendido nada, más bien me ha liberado. Ese zumbido se ha ido y ahora soy totalmente libre. Ya no me pitan los oídos…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba