Apariencias embusteras

Que extraño aprieta el influjo
de la luna nos llega el flujo
que destapa nuestras fobias sangrantes.
Miradas atentas se enfrentan
bajo tanto disfraz
y aletargado en este estado de impotencia
las dejo luchar.

La vejez de sus palabras me obliga a tejer
un nuevo manto áspero de plata
con el que cubrir la sensatez
y ocultarla bajo gritos de nada.

Guiado por la voz de la conciencia
que no invité a hablar
y cegado por la espiral de la locura
me dejo llevar
sólo un poco más
me arrastran hacia la oscuridad
y acorralado me oigo gritar:
«¡¡Sabes, no distingo bien las formas
y las apariencias me engañan
con sus máscaras falsas
de embustera sinceridad!!
¿Podrías arrebatarles el disfraz?
¿Te quedarás amiga mía
esparciendo alrededor
el amanecer más revelador?»

Despierto, camino del sueño
me atrevo a devorar
fingidas miradas de complicidad.
No, esta vez no voy a regresar
porque mi sangre se derrama
y mis venas reclaman
su savia vital
dispuestas a no malgastar
ni una gota más,
nunca aguanté su dolor
nunca más de una vida
nunca distinguí su color
nunca más de esta herida
que abriste y sin una salida
me oigo decir:
“No confíes en su forma,
tan fácil de imitar
sí rápidamente enferma
y cae la máscara de sinceridad
que con sus apariencias embusteras
nunca fue de fiar”

¿Escucharás la letra mía,
que se oye cantar?
Haz oídos sordos al influjo lunar,
ya que la luna esconde mi misterio
entre mares de plácida tranquilidad
y valles de inaudita soledad.

Sus ojos de frío metal
y sus labios fugitivos
engañan la verdad
y la primera mirada
se hace esperar
para descubrir por vez primera
su apariencia embustera
y su torpe disfraz,
su sola presencia
me hizo llorar.

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