Todo era nada antes de todo
cuando el todo surgió de la nada
y la vida como refugio eligió
el latir de tu corazón,
como el universo antes de estallar
un solo segundo sin pestañear
y enseñas la luz capturada
por arte de magia,
la magia de tu sonrisa,
que nubla mi vista.
Mi alma ensaya discurso
y le agota escuchar
que no va a poder ser
que otro otoño te llevará
lejos de mi.
¿Me buscarás cuando me pierdas?
No tengo ganas de salvarme
y la luz de la mañana
acabará con mi sueño,
aún despierto, si faltas
¿cómo salvarme?…