El teléfono no acaba de sonar
tampoco sé si empezó alguna vez
su melodía de notas bienvenidas,
pero acabaré con la espera rota
y un mensaje de disculpa
con letras sordas
que aún hablando serán mudas
incapaces de representar motivos
el dolor y su testigo comprometidos.
Falsas promesas, embusteras profetas
y en la razón la única solución
a tu papel y a tu carencia de fe
dosis de corazón en frasco pequeño
cual perfume sureño
la esencia de un dulce sueño
atrapada con celo.
Y te dejaste llevar
y no se vio nunca más
a tus labios volar
a través de mi cuerpo,
olvidaste el nombre del paraje
que te prestó hospedaje.
En alguna parte,
un cuervo hecha a llorar
porque sólo pudo darte
lo que tuvo,
y así vestido de negro
te quiso mucho, va de luto
guarda un mechón de tu pelo
tu cabello anudado en su cuello.