Soy como un animal de ciudad,
atropellado en el asfalto,
enredado entre los cables,
asfixiado por el humo,
de salto en salto presumo
y salvo algunas trampas,
con mi instinto busco
una salida de ésta jaula,
alguna Campanilla para mi vida.
A pesar de mis pesares,
he visto animales caídos
que no han sobrevivido
al desconsuelo ciudadano,
como cuando quise,
saltar aquel rascacielos,
así diría yo:
«el cielo no se puede alcanzar»,
así dirías tú:
«tan alto no se puede soñar».
En ésta gran ciudad,
soy como un ave cubierta de alquitrán,
como un águila que no puede volar,
soy la fiera enfurecida de dolor
que clama por su libertad,
soy el perro vagabundo,
al fin y al cabo,
sólo soy otro ciudadano
enfermo de soledad,
otro loco más,
en este infierno de luces y cristal.