Enredadera de palabras

Enredadera de palabras
con las que cubro mi alma
arranco sus hojas y cobijo mis alas,
mi testigo es mi almohada
de tantas noches que soñé contigo
cuantas estrofas salieron de mi boca
queriendo ser tu abrigo.

Miles de horas,
y tu imagen grabada en mi memoria
hilo tras hilo, verso tras verso,
cavilo, hilvanando ésta historia
recordando tu voz, pequeña criatura,
¿te quedas conmigo?
¿qué hubiera sido
de mi corazón sin tu ayuda?
Me queda la desmesura
que siempre anda dispuesta
por si te asaltan las dudas.

Pobre marioneta de trapo
ahora la sangre corre por mis venas
y la atrapo,
la convierto en éstas letras,
y destapo,
mi espíritu en unas pocas líneas
infinitud de sílabas,
para decirte que te quiero,
aunque me basten pocos versos
siempre te enseño mi alma
detrás de cada mirada.

Te quiero,
una peculiar manera de quererte
es la mía,
singular a su manera
en su alegría,
va gritando al mundo
que las palabras se las lleva el viento
pero siempre queda ese silencio
y esa lágrima prendida
resbalando en desmedida por tu mejilla
mientras repito que te quiero.

¿cómo podría olvidarte?,
si ya te dije,
muñequita triste
que nunca he conocido a nadie
con esos ojos grises,
ese huracán, ese aire
de destellos azules
que invitan al baile
a esas verdes luces,
tras ese gran eclipse.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba