Tengo los bolsillos
llenos de trozitos
de un maldito corazón,
que no he partido.
La sangre resbala entra mis dedos,
si esta noche no he comido,
que demonios…
en mi bolsillo
no lo he metido.
La culpabilidad hace apuestas
y no he comido
desde hace dias,
ya en los huesos
recomponer trozito a trozito
a quien he mordido.
Rebusco en la memoria
ahora que ya no hay nada,
ni mis sentidos,
mientras en la acera gota a gota
una cadena,
ligando mi razón
este maldito corazón
y el frio miedo
con sus bailes de salón.
Vuelvo a mover los pies
al son del miedo
y desde el cielo
el jodido atardecer,
con sus bramidos,
me descubre
que el maldito corazón
es el mio…
