Lleno el estómago de nudos,
preludio de momentos por venir
yo los intuyo y me evado,
dejo de lado el tiempo inconcluso
y hasta tu lado fluyo, ya estoy aquí…
Tú la dama, yo el vagabundo
planeando conquistar tu mundo,
sin prestar mucho caso al futuro
me dejo llevar por tus ojos oscuros
son mi guía en éste momento,
en éste día incierto,
se me muestran tus misterios
tus labios llenos de secretos,
esos diablos traicioneros,
quieren llevarme a tu infierno,
azufre en el jardin de las delicias,
dulce fuego el de todas tus caricias…
Luego sufre el cielo y no hay medicinas,
sólo el amanecer pirómano y sus desdichas,
pero hoy la mano que prende llamas
está prendida en mi alma
y consume la noche,
y el amanecer no aparece
pero se resume en tu boca,
y así explota mi agonía por besarte,
ni aún dormida, me canso de mirarte.