No temas ésta noche niña,
que tengo un reproche y dos riñas
y con ellas tu alma cobijo
de terribles pesadillas,
hoy duermo contigo,
y te ríes de la vida…
Como tu amuleto
caliento el frío, se deshiela
y empiezas a sentirlo
es algo así como bonito
no sabes describirlo,
sólo es el abrigo
de mis palabras escritas
lo único con lo que se combatir
las corrupciones del sueño,
suelo convertirlas
a mi antojo en lo que quiero,
en lo que añoro,
las transformo en visiones de ensueño
como canciones sonando al mismo tiempo
como si fuese un cuenta-sueños.
A veces viajo a verte
y vuelo, pero ésta noche
iré a protegerte,
aunque de nada sirva
tan sólo por si me necesitas,
mis manos etéreas
si quieres tenerlas
entre las tuyas, cógelas tuyas son
hoy sólo soy un cazador
de pesadillas…