Atrapado en la rutina me dejo llevar,
vuela el tiempo y no hay red
que atrape, mi miedo a esperar
y siempre ando perdido
mirando atento el reloj,
hoy déjame estar tranquilo
que estoy aguardando
a verte conmigo
cuando te dejas mirar…
No sé si eres ella
pero sí son tus ojos
los que me enredan
aún más…
Óyeme bien,
no es tan díficil confundir
de formas hay cien
y maneras más de mil,
y todas ellas
acaban en condena.
¿Y qué me espera?
Ser la luz, que ilumine
tu amanecer.
Al parecer,
tu noche es larga
y tu mañana tan temprana,
y yo lo hago por tí
y a causa de tí
mis días iguales cansan
y nunca llega la mañana
en que sea tu luz.
Si me dejas terminar
y te dejas mimar,
cuando llegue el despertar
será mi aviso para limpiar
las lágrimas de tu mirada.
¿Quieres estar sola?
pues quédate a solas
conmigo a solas
y descubramos la verdad
que encierra tu ciudad
de risas gastadas
y palabras calladas.
No es tan díficil confundir,
tras este cristal
diviso tu mal,
y es normal
que quiera ser la luz
que alumbre, tu otra mitad
y así, vencer juntos
tu miedo a la oscuridad.
«Estás confundido,
es tan fácil confundir,
no tengo miedo a lo oscuro
me asusta lo puro
y tu miedo a esperar.»