El amor

He buscado mil veces la forma,
de entender sus métodos, sus normas
y en cada una de ellas me volvió a sorprender
dejándome masacrado algún pedazo
que no supe proteger…

No tiene reglas, ni principios
pero si presume de finales,
a cual más descorazonador,
y nuestros instintos animales
son su única razón,
aunque lo adornemos con diamantes
seguirá siendo un salvaje,
que en parte es sólo una invención
para suplir nuestra sensación
de desolada soledad…

He terminado por creer
que hay algo de verdad en éstas letras,
pues es escurridizo como un pez
y no hay red que atrape su esencia.
No es ni religión ni ciencia,
quizá esté dentro de nuestra cabeza
o sólo sea una quimera
que creamos para darle sentido
a nuestra existencia,
cuando le conozca, le preguntaré
como le gusta darse a conocer
por qué me engañó otras veces,
por qué matan por él…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba