Miradas fugaces,
en el más breve instante
te miro y observo,
más de mil detalles
y perdido pienso,
¿cuál será el desastre
que con tu presencia acabe
a la salida de clase?
Momento inacabado,
en una tarde anochecida
para salir tan cansados
se nos escapan ciertas risas,
y camino a ninguna parte,
te acompaño a todas ellas
más corta será la espera
si la comparto a tu lado.
Esa tierna sonrisa
que en tus labios se dibuja
me empuja a robarte
cada una de esas risas.
Y cuando amanece la noche
y tu hora se acerca
llego la despedida
como única salida
un «hasta mañana» atropellado,
se hace corto el tiempo a tu lado
y acabo tan cansado de mirarte
que termino echándote de menos
sin acordarme de que ya es tarde,
y mañana de nuevo en clase
te miro, y me sonríe el alma
no quiero que esto acabe,
y por eso,
adornaré con garabatos tu mesa,
te escribiré letras,
sólo para demostrarte
que para mí, eres tan importante.