La playa

Al amanecer, triste y vacía,
solitaria en su armonía
presa de recuerdos dormidos
vestigios de días inadvertidos.

Gran erial de arena fina
Fragmentos de días y lugares
Bullicio de gente que camina
tostándose absorta en sus tardes

Al atardecer, ruidosa y tardía
Bulliciosa en su algarabía
Propietaria de eternos amores
Rotos en nada, dolores.

Su arena estancada,
entre mis dedos
se escapa cansada,
llena de recuerdos,
surcando el viento,
a un mismo tiempo
que gritando muere,
ignorando su suerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba