Llegó el día y tuve miedo
de que la luz robara mi sueño
sobre él eché mil cadenas
en lo remoto del pensamiento.
Con la mañana descubrí el engaño
Pero ni aún así destruí la fantasía
¿para qué destruir un sueño?
¿Cómo explicárselo al viento?
Al llegar la tarde el viento
Al fin supo entender
De que manera muere el ser.
Y cuando la luna consigo trajo
Esos luceros que iluminan el alma
El viento supo acariciar
Lo que un corazón negó.
Y la suave brisa
saturada de amor
En bella dama se convirtió.
La princesa de los susurros
De los suspiros y palabras calladas
De los roces que dibujan mi esencia
La que esboza en fantasías
Lo que el corazón perseguía.
La que tantas veces
compartió mi almohada
musitando visiones a mi oído
que deleitaban mi ensueño.
Princesa de mis sueños.