Mariposas moribundas

Mariposas moribundas

Ella dijo no, y el silencio
con su manto de olvido la envolvió,
al oír su voz,
vomité mariposas moribundas
sin sus alas de color
sonreían asustadas al ver quebrar
todas sus ansias de volar.

Me arrastre derramando
un odio aterrador, que ennegreció
el camino de vuelta a seguir,
y perdí la noción del espacio
y tiempo me devoró
con sus segundos afilados en el reloj.

Las náuseas volvieron a reprocharme
que no hubiera escupido toda mi sangre
manteniendo ensangrentada la esperanza
de derramarla a cuchilladas a tu alrededor.

Ésta vez se acabó, te digo moribundo
entre tantas alas de color
esparcidas en mi interior,
quizás me esté muriendo
ojalá te esté matando
mi deseo estrangulado de dolor.
No quiero que seas lo último que ver,
sino te estás muriendo a la misma vez.

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