Leo distraído,
el manual del olvido
sin prestar demasiada atención
¿si nunca la tuve,
cómo podría prestarla?
¿Cómo podría olvidarte
si nunca he conocido a nadie
del todo como tú?
Tienes ojos verdes,
ojos azules,
y ojos grises
y te aseguro que no
que nunca he conocido a nadie
del todo como tú…
Por eso, yo te escribo
a veces, cosas sin sentido
no importa, si no entiendes
lo que dicen…
Yo tampoco entiendo al olvido
y sin embargo,
me preocupa cuando dice
que no recordaré tu rostro,
ya nunca volveré a parpadear
cuando hable contigo,
no vaya a ser que me pierda
un segundo de ti,
y no pueda recordar
tu rostro perdido
entre tanto suspiro seguido.
Seguiré escondiendo tu recuerdo
entre alguno de mis versos
y lloraré al leerlos,
y reiré sin miedo a llorarlos
cuando los recite en la oscuridad
allí suenan mejor
y nadie puede acusarme
de derramar más letras
en mi almohada,
que ya sangra
por tantas cuchilladas
que ya ríe
por tantas cursiladas…
Por eso, no aprenderé a olvidarte
pues no te lo mereces,
tú que trajiste la calma
a mi alma cansada,
tú que trajiste en tu cara
esa sonrisa dibujada,
tú que no eres
del todo como nadie
y yo,
que nunca he conocido a nadie
que sea del todo como tú…