Torrente de palabras
inundan mis venas,
fluyen por ellas,
se imprimen en mi cuerpo
estos versos,
grabadas a fuego sus letras
alzando mi fiebre de sueños
son los síntomas,
de la enfermedad del poeta.
La locura no sabe de métrica
nunca domará la salvaje lírica
sólo explica a borbotones de sangre,
en una escena un tanto tétrica,
lo que entiende por poesía sangrante,
un barullo de palabras elegantes
escritas con tinta de luz en mi alma.
El secreto es dormir contigo,
todas las noches,
eres el veneno de las estrellas
yo el labrador que lo siembra
en las líneas de éste poema.
No sé decir si es inspiración o insomnio,
lo que me atormenta
entre sueños y delirios me impongo
y poco a poco compongo con empeño
límites no pongo a la altura de mis textos
corrompo la luz vertida en mis adentros
y ofrezco secretos a buen precio,
que desnudan lascivos mi espíritu,
sin ni siquiera saber ni yo, ni tú
el precio de mostrar la esencia de mí,
en mí mismo.
Es la poesía la belleza del lenguaje
va curando los cortes
que me provoca la vida,
es la sangre que baila en mis heridas
la que transmite el mensaje,
y al final firma,
como mi poesía sangrante.