Por momentos, el tiempo corre raudo
en instantes se detiene cauto
observando cuanto
ha pasado desde ese año
que descubrimos
química entre ambos.
Siete es número de suerte
pero no la necesitamos,
cuando las cosas se tuercen
siempre te tengo al lado
yo tendiendo puentes
tú sabiendo cruzarlos,
nos encontramos
nos hacemos fuertes.
Quizá suene demasiado definitivo
cuando preguntas al destino
si durará toda la vida
y él te responde infinito
y me miras tan traviesa
como si fuera tu presa
nunca habrá despedida.
Volvería a acudir
con los ojos cerrados
a colarme en tu regazo
sin ganas de huir
tus ojos son el arma
tus brazos la red
y tu sonrisa el cebo
mi alma tenía sed
y yo sólo bebo…
Y me preguntas curiosa
con esa cara pícara
que te hace tan hermosa,
si te quiero.
Te amo siete vidas
e infinitas de propina,
sonríes y es mi trabajo
arrancarte cada risa
las horas son tan vívidas
y eres la única comida
que mi corazón requiere
te amaré siempre
aunque me falten vidas
para quererte
todo lo que te quiero querer.
