Hoy el sol no ilumina
el camino que tú pisas,
se despista y cae a plomo
sobre esta vieja urbe
quemándonos el lomo,
pero tú no necesitas
ningún sol que te alumbre
tienes la bonita costumbre,
por donde caminas,
de derramar tu propia luz,
la irresistible manía
de ser simplemente tú
y así yo busco respirar
el mismo aire que respiras.
Tú que ya eres poesía
seguro que también podrías
ser mi sol,
yo sería el vacío alrededor,
como un manto de estrellas
que te arropa en el espacio estelar,
inundaré tu soledad
con luces distantes
y al fin sentiré como tu calor invade
éste mundo mío infame,
creo que es necesario que declare
que necesito que tu luz me bañe
y guie mis pasos
hasta el fin del ocaso.
Tus brazos son lenguas de fuego
que me atraen hasta tu núcleo,
tu corazón es el principio
de mi viaje alrededor del sol,
acariciarte no es suplicio,
más bien mi salvación.
Tu boca esconde besos ígneos
que suturan mis heridas,
serán mi ayuda para decirte
que tus labios son las llamas
en las que me quemo
y tu alma es el fuego
en él que poco a poco muero,
mientras tus ojos,
me devuelven a la vida
cada vez que me miras…
Cuando el deseo invade al motivo
sólo me queda tu luz como objetivo
quererte sin sentido
en éste mar de oscuridad.
¿Serás mi estrella polar?
¿Guiarás mi norte hasta tu sur?
¿Serás tú mi sol?
No necesito brújulas que me guíen
sólo arder junto a ti,
¿quieres ser mi sol?