Practico mi propio olvido
El reloj hiere y vuela
sus agujas pequeñas
arrancan días afilados
cortos y fugaces,
de mis torpes manos.
El reloj hiere y vuela
sus agujas pequeñas
arrancan días afilados
cortos y fugaces,
de mis torpes manos.
Los acordes suenan viejos ya no sonríe mi reflejo ni las notas se entrelazan, y es una lástima las lágrimas rebasan límites impuestos Llora el cielo y lucho siempre en desventaja, dejé atras la mordaza pero hablo y no me escucho aunque sigo en equilibrio y acecha el vértigo, pero …