Tu desierto

Pasa, en cada paso que das,
en cada mirada hacia atrás
lo puedes notar,
eso es lo que es
y no puede ser más.

Si no arriesgamos, no sabemos
hasta donde llegaremos.
Si no exploramos, no encontraremos
ni uno sólo de esos.

Yo escogí mi rumbo,
sin mucho empeño,
es duro, caminar sin una estrella
que guie mí sueño
que abra la brecha,
en este momento,
no importa el riesgo
ese es el gran misterio,
mi motivo secreto
para sembrar de versos
este desierto que atravieso
haciendo caso omiso
de mi enemigo viento,
que ha escrito con arena fina
que estoy desecho,
que se escapa mi vida.
Sí eso fuera cierto
estaría yo dispuesto
a renunciar a mi oasis
por un soplo de tu aliento.

No tiene sentido
ni mucho ni poco
pero sigo
bajo el sol, ignorando,
el calor de obsesión
y los espejismos de sal
que ahogan mi visión.

Toda esa arena
que se enreda
entre mis dedos
me recuerda a su pelo.
Caigo al suelo y duele y huelo
su aroma que quema,
es hora de dormir, espera
que me despida de ella:
«No puedo seguir despierto
no puedo atravesar tu desierto,
me pides lo imposible y yo acepto
pero no eres visible desde este cielo.
devuélveme mi tiempo
y entierra mi anhelo,
parece que lo que no tengo
es mejor que lo que quiero.»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba