Para ganar el corazón de tu amada, nada más sencillo que adentrarte en el mundo secreto y prohibido de las hadas en busca de… una estrella caída.
Hoy todo es demasiado, demasiado complicado. Para conseguir el corazón de tu amada te piden lo imposible, y tu aceptas. El amor te da alas pero no te prepara a esquivar los baches del camino. Atravesar desiertos, esperar en un frio paraje de invierno, llevarla en tus sueños. ¿Y todo para qué? Es inútil, tan inútil con ella dejarse llevar, sino conduce a nada y huye al despertar. Y te pide y no da nada a cambio, se ha encaprichado de una estrella fugaz y te manda para que se la traigas.
Se llamaba Yvaine y su pelo era de un rubio blanco como el destello de una estrella del cielo estrellado. Sus ojos eran de mil colores distintos y mil sentimientos distintos los hacían cambiar. Era hija de la Luna y su piel era del color del reflejo de su madre en un estanque. Vivía feliz con sus hermanas y su madre el basto vacío del firmamento nocturno. Pero un día la golpearon con un objeto en el costado y calló hacia la tierra cual estrella fugaz…
Calló en el mundo de las hadas y mucha gente la vio surcar el cielo anochecido. Una pareja la vio caer y ella le dijo a él, que la quería tener. Es inútil, tan inútil arrancar esa estrella del cielo, que tanto te solía gustar si al cogerla puedo romper, los cristales del espacio estelar…
Se rompió una pierna y lloraba desconsolada, cuando llegó él. Y se la llevó porque a su amada se lo prometió. Y ganó un corazón que no esperaba.
Inspirado por el libro: Stardust de Neil Gaiman. Lo aconsejo no todos los cuentos de hadas son para niños…